Según MacLaren y Morton (2012), en ejercicios de máxima intensidad, la fatiga se produce principalmente por la falta de ATP y PCr o por el incremento del Pi (fosfato inorgánico), que compromete el funcionamiento del calcio (Ca). Curiosamente, el aumento de hidrogeniones (H+) no parece estar directamente vinculado a la fatiga en este tipo de ejercicios, sino que podría inhibir ciertas enzimas relacionadas con el metabolismo energético.
En ejercicios de mayor duración, el efecto de los hidrogeniones en la fatiga es más relevante, ya que se necesita que el pH descienda a 6,2 para que influya significativamente en la capacidad de generar fuerza. En este contexto, el uso de bicarbonato sódico ha demostrado ser útil para mejorar el rendimiento (Grgic et al., 2021).
En pruebas de muy alta intensidad, como un sprint de 200 metros, parece ser que la fatiga no se debe directamente a la disminución de la PCr, sino a la liberación de Pi (Cr + Pi). Este incremento de Pi reduce la fuerza de producción miofibrilar y disminuye la sensibilidad del calcio liberado desde el retículo sarcoplasmático, lo que provoca una caída de alrededor del 10% en la fuerza de contracción. Este fenómeno podría estar relacionado con la precipitación de fosfato de calcio en el retículo sarcoplasmático, impidiendo la correcta liberación de calcio necesaria para la contracción muscular.
En este caso, la fatiga es predominantemente periférica y se debe a la imposibilidad de liberar suficiente calcio para permitir la interacción entre la actina y la miosina y, por ende, la generación de fuerza.
Referencias
- Grgic, J., et al. (2021). International Society of Sports Nutrition position stand: Sodium bicarbonate and exercise performance. Journal of the International Society of Sports Nutrition, 18(1), 61. https://doi.org/10.1186/s12970-021-00458-w
- MacLaren, D., & Morton, J. (2012). Biochemistry for sport and exercise metabolism. Wiley-Blackwell.